Afinación

 La afinación consiste en tensar las cuerdas de acero para que tengan la frecuencia adecuada a cada nota. Esto consiste en girar ligeramente las clavijas mediante una llave especial. Conviene afinar el piano más o menos a menudo en función de las horas de estudio y de los cambios de humedad y temperatura del ambiente.

Un piano suele tener unas 220 cuerdas de acero. Es un material resistente y elástico. Este acero es una aleación de hierro con un porcentaje pequeño de carbono que le da resistencia y dureza ya que el hierro es un material dúctil pero poco resistente. Obtenido por extrusión en frío y con un recubrimiento de níquel para darle un aspecto brillante.

Las cuerdas están tensadas a unos 80 kg cada una para dar estabilidad al instrumento. Esta tensión está calculada para que las cuerdas den el máximo de sonido posible y esto las lleva muy cerca del límite de rotura. Para llegar a la frecuencia de cada nota se varia el grosor y la longitud.

 Este mantenimiento de afinación se debe hacer regularmente debido, en primer lugar, a la percusión repetida de las cuerdas durante la interpretación del instrumento y de las horas de estudio. En segundo lugar, al movimiento de la tabla armónica por los cambios de humedad. Las cuerdas se apoyan en la tabla y le transmiten la vibración y a modo de membrana de altavoz amplifica la vibración al aire.

Sabemos que la madera siempre "trabaja". Esto significa que, según la climatología, sobre todo la humedad, las células de la madera hacen un proceso que consiste en absorber y desprender agua según la estación del año o del lugar donde esté el piano. Este movimiento afecta al mueble y la tabla armónica de 8 mm de grosor, sobre todo, repercute en la tensión de las cuerdas y se desafinan. La tabla armónica mide unos 8-10 mm. de grosor y soporta unos 350 kg de presión de las cuerdas.

 Cada martillo del mecanismo golpea una cuerda en los 8 ó 12 bajos, dos hasta aproximadamente en la nota 31 y tres cuerdas desde la nota 32 hasta la 88. Es necesario que todas estén equilibradas. La precisión de los unísonos durante la afinación hará que el sonido sea más claro y potente.

 Cada piano tiene su curva de afinación según el tamaño del instrumento. Los armónicos naturales de las cuerdas de metal muy tensadas, en un mueble reducido, tienen una cierta desviación hacia el agudo (inarmonía) y se precisará en las octavas durante la afinación para que no haya colisiones sonoras no deseadas. Esto no es tan acusado en instrumentos de cuerdas largas, piano de cola, como en los pianos de pared.

 El sistema bien temperado de afinación permite tocar un instrumento en todos los tonos sin ser una afinación matemática. Se divide la octava en 12 semitonos iguales y esto hace que las quintas queden un poco más pequeñas y las cuartas, más grandes. Esto nos permite oir unos batimientos de sonido al comparar estos intervalos que se controlan durante la afinación. Las terceras y las sextas también acusan estos batimientos. Este proceso nos lleva a una desafinación moderada de los intervalos de 4ª y 5ª y, mediante el círculo de quintas y cuartas pasando por las 12 notas cromaticas, conseguir el equilibrio entre todos los tonos.